GAFAS 3D


Los anaglificos fueron inventados por el físico alemán Rollmann en 1853.


Treinta y ocho años después, (1891) Ducos du Hauron, el genial inventor de la fotomecánica, realiza las primeras proyecciones publicas del invento de Rollmann y los primeros anaglifos impresos en papel. Tanto la proyección como la impresión se veían en blanco y negro.


Las impresiones Anaglificas realizadas por Ducos du Hauron, se hicieron imprimiendo la imagen de un ojo en color verde y la otra en Rojo. Desde entonces y hasta 1985-90 Editoriales de todo el planeta, han editado los Anaglifos por el mismo procedimiento.



Fue en los 50, cuando la consolidación de la televisión como medio de masas provocó que los directivos de Hollywood se estrujaran el cerebro buscando formas de llenar de nuevo las salas de cine, como los autocines y el 3D.


Ya en 1915 se estrenaron los primeros cortometrajes estereoscópicos en Nueva York (con escenas rurales o imágenes de las cataratas del Niagara). Siete años más tarde se rodaría el primer largometraje en 3D estereoscópico, The power of love, un melodrama de Nat C. Deverich.


Sin embargo, la primera película en 3D comercial a todo color fue Bwana, el diablo de la selva, de Arch Oboler, de 1952. La cinta, filmada con el sistema Natural Vision y plagada de bestias que parecían querer rasgar la pantalla del cine, fue un éxito que inauguró la pequeña edad dorada del cine en 3D estereoscópico.


Le siguieron títulos de ciencia-ficción como la psicotrónica Plan 9 del espacio exterior, de Ed Wood o la encantadora Robot Monster, dirigida por Phil Tucker en 1953. Una de las películas que más repercusión logró utilizando este sistema fue Los crímenes del museo de cera. Curiosamente, su director André De Toth era tuerto, por lo que nunca pudo experimentar la ilusión del cine en 3D.


Los espectadores se cansaron pronto del 3D, sobre todo porque el empleo de gafas especiales para ver las películas provocaba molestos dolores de cabeza y nauseas. Aún así, el visionario William Castle se sacó de la manga en 1960 el invento Ilusión-O, unas gafas que tenían dos tipos de visores, en función de que los espectadores quisieran ver o no los espectros que poblaban la película 13 fantasmas.


En los años 80 el cine en 3D volvió a las salas de cine, esta vez como añadido de secuelas poco imaginativas de Tiburón o Terror en Amityville. Los fans del género de terror recuerdan encantados la secuencia de la tercera parte de Viernes XIII en la que Jason Vorhees estruja una cabeza de la que sale disparado hacia la pantalla un globo ocular.


La construccion de unas gafas anaglificas es relativamente sencilla. Recorta estas gafas sobre una cartulina plegada en dos, entre ambos pliegues colocaremos los filtros, y a continuacion, encolaremos o graparemos las dos mitades.


Los filtros pueden ser simples pedazos de celofan o plastico, rojo para el ojo izquierdo, y azul verdoso para el derecho, si queremos mejorar los resultados, podemos hacer los filtros con pelicula de diapositiva expuesta a los colores mencionados.

3 comentarios:

Wicky dijo...

Vaya un manitas que estás hecho, se nota que no te pierdes ninguna clase de bricomanía.

Por cierto, ahora mola llevar las lentillas 3D, eso de las gafas pasó a la historia.

Jeje, sigue así Don Gato, estás que te sales con estas entradas.

Wicky dijo...

Para mí las mejores gafas de la historia han sido las del Piña.

Jaja. Si les ponías una goma incluso valían para el buceo.

Anónimo dijo...

JAJAJAJA, TU SI K TE VAS A LLEVAR UNA PIÑA COMO SIGAS ASI DE KABRON, JAJAJAJAJA